El 2 de Mayo de 2002 el pueblo de Viejo Bellavista, Chocó fue destruido durante un enfrentamiento entre el frente 57 de las FARC y el bloque Elmer Cardenas de las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia). Cuando una pipeta de gas lanzada por las FARC-EP calló en el techo de la iglesia en donde civiles buscaban refugio ochenta personas resultaron heridas y otras ciento diecinueve murieron, mas de la mitad de ellas niños. Aunque existe un amplio consenso respecto a que las FARC-EP fueron las principales responsables de la masacre, el Estado Colombiano también fue encontrado administrativamente culpable ya que omitió varias alertas a cerca de la presencia de grupos armados en la región días antes de los hechos.
La tragedia pasó a la historia como uno de los capítulos mas cruentos de la historia del conflicto armado en Colombia y se le dio el nombre de “La masacre de Bojayá”, el nombre del municipio donde se encuentra Bellavista. La masacre sucedió ad portas de las elecciones presidencial del 26 de Mayo de 2002, dándole un empujón a la candidatura de Alvaro Uribe Velez, quien ganarían por un amplio margen con una plataforma que no le apostaba a la paz y proponía una lucha directa contra las FARC-EP.
El pueblo fue reconstruido rió arriba durante el gobierno de Uribe, sin embargo, las gran mayoría de los habitantes del pueblos se desplazaron a Quibdó u otras ciudades, con lo que el tejido social del pueblo quedó completamente destruido.
Catorce años después, el 2 de octubre de 2016, Bojayá votó 96% a favor del “SI’ en el plebiscito sobre los acuerdos de paz. Fue una de las tasas de aprobación más altas del país y el pueblo se convirtió en un ejemplo de la Colombia Rural que había sufrido la guerra y estaba lista para decirle si a los acuerdos y a la paz. Aunque el “No” gano el plebiscito por un pequeño margen, un relativo clima de paz y tranquilidad seguía en píe en Bojayá, civiles y FARC-EP en los días luego de la derrota de los acuerdos en las urnas. Muestra de esto fue la vigilia por la paz organizada por el frente 57 de las FARC-EP el 31 de octubre en las cercanías del pueblo de Pogue. La vigilia, que fue convocada por la guerrilla como gesto de buena voluntad cuando el cese al fuego bilateral tenia como fecha limite el mismo 31 de octubre, contó con la asistencia de alrededor de doscientas personas.
Alrededor de un mes y medio después del plebiscito, la segunda versión de los acuerdos fue aprobada por el Congreso de la República. Es aun incierto si el post conflicto solventará o no lo problemas que han afectado a la región por décadas.
Noviembre de 2016.